Se utilizan tecnologías de encriptación y controles de acceso estrictos para asegurar que solo el personal autorizado acceda a información crítica.
Se han implementado soluciones de monitoreo en tiempo real y un sistema de gestión de incidentes para detectar y responder a actividades sospechosas de manera eficaz.
Se realizan evaluaciones periódicas de riesgos y auditorías internas para identificar vulnerabilidades y asegurar el cumplimiento normativo, adaptando políticas según sea necesario.
Se invierte en la formación continua del personal sobre prácticas de seguridad de la información para mantener a todos los empleados informados sobre las últimas amenazas y procedimientos.
Se cuenta con un plan bien establecido para mantener la operatividad y proteger la información durante eventos disruptivos, asegurando la resiliencia y estabilidad de las operaciones.